Sanar
Mi vida, la gritaré entera una noche para que nadie me escuche.
Para que nadie que esté en esta tierra me juzgue y condene. Diré una a una mis mentiras contando con lujo de detalles mis faltas. Contaré las cosas que no debí ver y oír, y aquellas cosas que callé para no herir, que al fin y al cabo constituyen mi falsedad.
Llenaré nuevamente lagos con lágrimas para luego beberlas a causa de mi maldad.
Me arrastraré mientras nadie escuche y vea mi rostro ante la luna, y el sol que iluminará. Compareceré hasta que no falte nada que tenga que decir y al fin descansar.
Contaré lo malo, y también lo bueno de mi respirar; del amigo que no dejé, del sentimiento que no traicioné, de mis pasos que guié con sabiduría y de mi amar.
Sólo cuando grite todo ante la inmensidad, podré caminar de nuevo sin el peso de mis pasos.